Adoptar una estrategia de descarbonización no es complejo si se estructura correctamente. Aquí te mostramos un enfoque práctico y gradual que cualquier empresa puede seguir para avanzar hacia la neutralidad en carbono:
- Diagnóstico energético y de emisiones
El primer paso es conocer tu punto de partida. Esto implica medir:
- El consumo energético total de la empresa (electricidad, combustibles, etc.).
- Las emisiones de CO₂ equivalentes, tanto directas como indirectas.
- Identificar las áreas o procesos más intensivos en carbono.
Esta evaluación te permitirá calcular tu huella de carbono e identificar oportunidades de mejora.
- Estrategia y plan de acción
Con los datos del diagnóstico, es momento de diseñar un plan personalizado. Este plan debe incluir:
- Objetivos cuantificables de reducción de emisiones (a corto, medio y largo plazo).
- Medidas concretas para alcanzar esos objetivos.
- Tecnologías y recursos necesarios: autoconsumo solar, eficiencia energética, movilidad eléctrica, entre otros.
- Indicadores de seguimiento y responsables por área.
Una buena estrategia es realista, progresiva y está alineada con los objetivos globales de la empresa y los criterios ESG.
- Digitalización y monitorización
La digitalización es clave para avanzar con agilidad. Instalar sistemas de monitorización permite:
- Medir en tiempo real el consumo eléctrico.
- Detectar picos de consumo y pérdidas de eficiencia.
- Comparar ofertas de energía y elegir proveedores más sostenibles.
- Generar informes automáticos para auditorías o reportes ESG.
- Inversión en renovables y eficiencia
Una vez identificadas las áreas de mejora, es el momento de actuar. Algunas acciones efectivas incluyen:
- Instalación de placas solares para autoconsumo industrial.
- Cambio de maquinaria o sistemas de climatización por versiones más eficientes.
- Compra de energía verde certificada o biogás, a través de comercializadoras verdes.
- Optimización del aislamiento térmico en edificios e instalaciones.
Estas inversiones suelen tener un retorno económico en pocos años y muchas cuentan con subvenciones o financiación específica.
- Compensación de emisiones residuales
Hay emisiones que, al menos de momento, no pueden eliminarse por completo. Para estos casos, se puede recurrir a mecanismos de compensación:
- Proyectos de reforestación o conservación de bosques.
- Compra de bonos de carbono verificados.
- Participación en proyectos sociales y ambientales certificados.
El objetivo es que, tras reducir al máximo las emisiones internas, el impacto restante se neutralice mediante acciones externas que beneficien al planeta